Con el descubrimiento de la agricultura, el hombre peruano primitivo poco a poco dejo de lado la vida nómade practicada desde hacía miles de año hasta volverse completamente sedentario. La agricultura implicaba una recolección y siembra cuidadosa de las mejores semillas.
El sedentarismo a su vez obligó al hombre a salir sus refugios en las cuevas para poder establecerse en zonas donde las tierras eran más fértiles. Es así como se empiezan a poblar los valles costeños e interandinos. Aparecen las aldeas y luego las ciudades.
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